Luisa Arenas

Luisa Arenas dice haber encontrado una definición para sí misma: cantante de cuartos de baño y espejos solitarios. Así se veía hasta que llegó la pandemia. Durante ese tiempo, empezó a dar forma a ideas que la acompañaban desde siempre: recuerdos, sonidos, palabras, imágenes, fantasías… cosas que la hacían sentir y a las que por fin empezó a dar nombre y poner en su lugar.

Con el tiempo, esas semillas fueron creciendo y tomando cuerpo. Así nacieron las Coplas Desesperadas, un conjunto de canciones que:

• Llamó «coplas» porque en su pueblo se usa esa palabra para cualquier canción popular.
• Y «desesperadas» por su situación vital: una mujer en la década de los 40, con hijos, viviendo la vida «ocurriendo y transcurriendo por mí».

Luisa Arenas reflexiona sobre la industria musical y canta dos «coplas desesperadas»

Atreverse a dar el paso

Hace algo más de un año se dio de alta como autónoma.

• Confiesa que ha tenido momentos de querer tirarse por un balate.
• Pero también que quiso intentarlo para no quedarse con las ganas de vivir esta experiencia.
• Su reflexión: atreverme a ser quien yo soy.

Dificultades y aprendizajes

Reconoce los desafíos de ser autónoma:

• Las facturas trimestrales.
• No entender nada de la burocracia.
• Darse cuenta de cómo funciona la industria cultural.

Diferencia entre cultura e industria cultural:

• Vivir de la música exige cambiar el chip.
• Hablar de dinero y pensar en industria.

Reflexión final                                                  

Valora estos espacios de ARDE como lugares importantes para compartir este tipo de reflexiones.

• Cree necesario hablar no solo de cultura, sino también de industria cultural.
• Así como existe una fábrica para hacer coches o fontaneros que dependen de una industria, los artistas también necesitan una estructura que los sostenga.
• Señala que, aunque el arte tenga un aura romántica, también requiere una dimensión empresarial.

Enlaces

Web: luisaarenas.com
Instagram: @l.u.i.s.a.a.r.e.n.a.s